Genéticamente hay hígados más perezosos que otros. En todo caso, te cuides o no, ANTES de llegar a la ENFERMEDAD, como siempre el cuerpo nos habla a través de señales, de síntomas para avisarnos si hay algo en lo que necesita que pongas atención.
En el cuerpo:
– DOLOR REFERIDO: dolor crónico, que puede aparecer y desaparecer a épocas en las zonas marcadas en rojo de la diapositiva. En concreto en el lado derecho a través del nervio frénico.
– Color opaco de la piel
– capa lingual amarillenta
– ojeras
– decoloración amarillenta de los ojos
– manchas marrones en la piel
– acné – granitos rojos alrededor de nariz, mejillas, barbilla
– arañas vasculares en la cara
– picor de piel. Prurito
– sabor amargo en la boca
– dolor de cabeza y de tripa
– cambios de estado de ánimo, irritabilidad.
– sudoración excesiva
– palmas de manos y pies rojos
– problemas con la digestión de las grasas
– cacas sin forma y que flotan – dolores en la ATM y bruxismo
– caspa y eccemas
– olor del pis a espárrago en cuanto comemos
En las analíticas:
– triglicéridos ligeramente subidos
– colesterol ligeramente subido
– tensión arterial ligeramente subida
– glucosa ligeramente subida
– transaminasas ligeramente subidas
– bilirrubina subida (sede Gilbert)
– homocisteina ligeramente subida
– vitamina B12 con tendencia baja
– hierro con tendencia bajo
La valoración completa de tu situación es importante que la lleve a cabo un profesional.